¿EXISTEN LAS VIVIENDAS SOSTENIBLES?

viviendas sostenibles en el mundo

¿EXISTEN LAS VIVIENDAS SOSTENIBLES?

Ante el cambio de tendencia en el mercado de la vivienda nuevas técnicas de venta están surgiendo para lograr interesar a un potencial cliente, y la existencia de las viviendas sostenibles está llamando con fuerza.

Además del precio sin duda otro argumento, ahora más de moda, es que la vivienda sea “verde”, y no me refiero al color del gotelé de las paredes. Probablemente en un folleto de venta ponga en grandes letras “VIVIENDA SOSTENIBLE”. Por desgracia se corre el riesgo de que simplemente las viviendas tengan cuatro placas solares …

Hoy en día la palabra “sostenible” se está desprestigiando y parece que ya no significa nada más allá del puro marketing. Pero en realidad lo que se ha pervertido es el uso del término y no el término en si, ¡Claro que pueden hacerse casas verdes! Lo que ocurre es que el enfoque debe ser mucho más amplio…

Una casa sostenible tiene que tener y haber tenido en cuenta, para empezar, a las personas. Los estándares éticos deben cumplirse desde el proceso de edificación (condiciones de trabajo) hasta el impacto a largo plazo en el entramado social de la comunidad. Una vivienda sostenible debe estar cerca de las escuelas, los centros comerciales, los trabajos,… deberá permitir a sus habitantes llevar una vida satisfactoria, sana, segura y en común con el resto del vecindario.

Una vivienda que pretenda ser sostenible debe ser económicamente accesible. Si sólo los ricos pueden acceder a este tipo de vivienda algo no estaremos haciendo bien. Además es importante que sea flexible y tenga en cuenta los distintos usos que le puedan dar a lo largo de su vida. Deben adaptarse a las diferentes configuraciones familiares e incluso de otros usos.

Además, una vivienda sostenible ha de ser estética e integrada en su entorno. Su impacto en el lugar donde se ubique ha de hacer que su existencia sea un “más” y nunca un “menos”. La edificación debe otorgar calidad arquitectónica a su entorno físico y cultural.

En cuarto lugar las soluciones desarrolladas para esa construcción han de ser extrapolables y aplicables a otros proyectos, sólo así podrá rentabilizarse el esfuerzo innovador que se ha llevado a cabo.

Y finalmente y en quinto lugar, estaría el hecho de que esa casa cumpliese con las condiciones necesarias de calidad ecológica y conservación de las energías. Sin duda las tan traídas y llevadas placas solares podrán ser un elemento en este punto. Pero no es menos cierto que probablemente no sea el más importante.

En primer lugar debe haberse hecho un uso sensato de los recursos naturales en su construcción; no todo el cemento ni el acero son iguales. En lo que respecta a nuestra actividad, todas las vigas de las estructuras pueden ser recuperadas de plantas de reciclaje o bien adquirir nuevas fabricadas a partir de hierro reciclado. Lo mismo ocurre con los diferentes materiales metálicos de la construcción como el cobre de las tuberías o el aluminio de las ventanas.

Es importante preguntarse por el consumo de energía para producir cada elemento así como la sostenibilidad de su fabricación. De la misma forma hay que pensar en el día de mañana y en su reciclabilidad, que todos los materiales puedan ser reciclados permitiendo futuros usos de los mismos.

Ejemplos de viviendas sosteniblesAntes de ver cómo producimos la energía para esa casa hemos de procurar no gastarla inútilmente. ¿Cómo está orientada esa casa? Dependiendo de esto podrá o no enfriarse sola en verano y calentarse en invierno. ¿Qué aislamiento térmico/acústico tiene? ¿Recupera el agua de lluvia? ¿Qué sistema de calefacción tiene?,..

Si estos cinco criterios se cumplieran (social, económico, transferible, estético y ambiental) tendríamos, sin duda una revolución en la forma en que vivimos.

Pero no podemos olvidar lo más importante, para que el funcionamiento de las viviendas sostenibles : El “bicho” que vive dentro (nosotros) TAMBIÉN TIENE QUE SER SOSTENIBLE: ¿Reciclamos lo suficiente? ¿Somos eficientes en nuestros consumos?….

 

Fuente:  revista FER nº 129 A.R. de Sanabria

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