METALES NO FÉRRICOS

METALES NO FÉRRICOS

Los metales no férricos más comúnmente empleados son el aluminio, el cobre, el plomo, el zinc, el níquel, el titanio, el cobalto, el estaño, el cromo y los metales preciosos.

Cada año recuperamos millones de toneladas de chatarra no férrica, que posteriormente emplean fundiciones, refinerías, al fabricar lingotes,… Los materiales reciclados son fundamentales para la supervivencia del sector porque incluso los metales nuevos con frecuencia necesitan de su combinación con materiales reciclados.

Después del acero y el papel, es el aluminio, metal más abundante en la corteza terrestre, uno de los materiales más reciclados en la actualidad. También es el único material de empaquetado que cubre completamente el coste de su propia recolección y procesamiento en centros de reciclaje. La recuperación del aluminio para su reciclaje no sólo es viable económicamente, sino que también ahorra energía y es ecológicamente razonable.

Las cifras de la industria del reciclaje de metal han aumentado en los últimos años.

El sector del reciclaje de metales cuenta con una estructura en la que muchas empresas pequeñas compran chatarra de la que posteriormente se nutren empresas más grandes, plantas de reciclaje, tanto a nivel nacional como internacional.

Pasos en el reciclaje de los metales:

  • Clasificación: separar los distintos tipos de metales no férricos unos de otros y así como de otros bienes reciclables tales como el papel o el plástico.
  • Embalaje: a veces se compactan en grandes bloques para facilitar su manejo y transporte.
  • Cizallado: Se utiliza maquinaria hidráulica capaz de ejercer gran presión para cortar metales en piezas más manejables.
  • Separación de materiales: con una fragmentadora los tambores magnéticos rotatorios separan los metales férricos de los no férricos.
  • Fundición: Los materiales recuperados se funden en un horno, se vierte en moldes y se transforman en lingotes. Estos lingotes pueden transformarse en planchas planas y otros productos forjados como tubos, que a continuación se utilizan para fabricar nuevos productos.

El aluminio tiene un gran potencial de reciclaje y con frecuencia se reutiliza para el mismo fin para el que se fabricó originalmente. Es un metal fuerte, flexible y ligero.

Después de la plata, el cobre tiene la mejor capacidad de conducción eléctrica de todos los elementos. También es un conductor térmico muy bueno y se presta muy bien a las aleaciones con otros metales como el plomo, el estaño y el zinc para producir artículos de función, entre otros, productos para la transmisión de agua como por ejemplo válvulas.

La mayor parte del plomo reciclado se utiliza en pilas, pero este metal también tiene otros muchos usos como baterías de automoviles, esmaltado o protección frente a la radiación.

El zinc está presente en nuestro día a día en forma de monedas. Sin embargo, también tiene otros usos muy importantes como para aplicar una capa de protección al hierro y acero con el fin de evitar su corrosión. Este proceso se conoce como galvanizado.

Además de los metales preciosos, el estaño es uno de los metales no férricos más caros. De ahí que sea muy importante reciclarlo de materias primas secundarias.
Sus usos son muy variados: recubrimiento de latas, aumenta la resistencia del bloque del motor, los segmentos de pistón y los discos del embrague, resistencia de los muelles,…

Casi el 40% de la demanda mundial de cobre se garantiza mediante la utilización de material reciclado. En la actualidad, aproximadamente el 30% de la producción mundial de zinc proviene de zinc reciclado. El 80% del zinc disponible para el reciclaje se acaba reciclando.

De un total estimado de 700 millones de toneladas de aluminio producido desde que empezara su fabricación a nivel comercial en los años 80, aproximadamente el 75% del mismo se sigue utilizando como materia prima reciclada en la actualidad.

El reciclaje de una tonelada de aluminio permite ahorrar  hasta 8 toneladas de bauxita, 14.000 KWh de energía, 40 barriles (6300 litros) de petróleo, 238 millones BTUs de energía y 7,6 metros cúbicos de espacio de vertedero.

los metales no férricos

El reciclaje de una lata de aluminio permite ahorrar suficiente energía para mantener encendida una bombilla de 100 vatios durante casi cuatro horas.

Una lata de aluminio que se haya utilizado, se recicla y vuelve a la estantería del supermercado en un tiempo tan breve como 60 días.

El valor del reciclaje del cobre es tan alto que la chatarra de mayor calidad mantiene al menos un 95% del valor del metal primario obtenido a partir de mineral extraído de la mina por primera vez.

Mediante la utilización de chatarra del cobre, se reducen las emisiones de CO2 en un 65%

Un automóvil promedio contiene hasta 10 kg de zinc en los paneles galvanizados de su carrocería. Cuando se desechan, dichos paneles pueden transformarse fácilmente en nuevos componentes de idéntica calidad

La recuperación total de zinc en el sector de los metales no férricos supone un total de 2,9 millones de toneladas, de las cuales 1,5 millones son chatarra nueva o residuos industriales y 1,4 millones son chatarra vieja.

El 50% del plomo producido y utilizado cada año en todo el mundo se ha utilizado previamente en forma de otros productos.

La producción global de estaño supone un total de 350.000 toneladas de las cuales 50.000 toneladas se producen a partir de chatarra y otras fuentes secundarias.

La producción primaria de estaño necesita un 99% más de energía que la producción secundaria.

 

Fuente: http://www.bir.org/industry-es-es

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