¿Qué es un punto limpio?

Un punto limpio es una instalación donde se recogen y almacenan de forma temporal y gratuita los residuos domésticos que no debemos arrojar a las bolsas de la basura ni tampoco depositarlos en los contenedores de la calle por su gran volumen o por su peligrosidad.

En cumplimiento de la Ley 10/1998, de 21 de abril, sobre Residuos, los municipios con una población superior a 5.000 habitantes están obligados a implantar sistemas de recogida selectiva de residuos urbanos que posibiliten su reciclado y otras formas de valorización.

Por eso, además de la tradicional recogida de basura orgánica, podemos encontrar desde hace tiempo 3 tipos de contenedores:   el amarillo, el azul y el verde.

El punto limpio también existe para depositar otros residuos como enseres, aceites, aparatos eléctricos, baterías, tintas, bombillas, restos de poda…

¿Qué se puede llevar a un punto limpio?

  •  Aceite mineral de automóviles, radiadores… y Aceite vegetal de cocina…

Los aceites procedentes de motores, lubricantes, hidráulicos, etc. son aceites minerales cuya vida útil, a pesar de los aditivos que alargan su duración, es limitada y cuya composición es muy compleja, incluyendo metales pesados, sulfuros y, en algunos casos, cloro.

De aquí la importancia de gestionarlo adecuadamente ya que se trata de un residuo peligroso, y un vertido de este producto puede contaminar el suelo y el agua, incluso llegar a la cadena alimentaria.

Alrededor del 70% de estos aceites usados son tratados para convertirlos en nuevas bases lubricantes, el 30% restante es aprovechado como combustible industrial o reciclado para producir nuevos productos.

  • Aparatos eléctricos y electrónicos: electrodomésticos, ordenadores, televisores, móviles, lámparas, etc…
    La cantidad de residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) está creciendo con gran rapidez, siendo la corriente de residuos urbanos la de mayor crecimiento.

Estos aparatos, cada vez más imprescindibles en nuestras vidas, se convierten en un problema ambiental cuando se convierten en residuo ya que estos equipos tienen sustancias peligrosas para el medio ambiente (como metales pesados: mercurio, plomo…), de difícil eliminación o incluso tóxicas.

  • Baterías y acumuladores de automóvil, de aparatos eléctricos, etc.
  • Cartuchos de impresora y tóner.
  • Chatarras y restos metálicos como sartenes de cocina…
  • Elementos de iluminación: tubos fluorescentes, bombillas, lámparas de mercurio, etc..

El Real Decreto 208/2005, que regula todo lo relativo a la gestión de los aparatos eléctricos y electrónicos una vez finalizada su vida útil, recoge un listado de todas las bombillas y luminarias que debemos reciclar:

1.Bombillas de bajo consumo

2.Tubos fluorescentes

3.Bombillas de descarga

4.LEDS retrofit

5.Luminarias

6.Rótulos luminosos

7.Luminarias de emergencia

Es decir, no se consideran dentro de este Real Decreto ni las lámparas incandescentes (de filamento) ni las alógenas. Las lámparas y luminarias que hay que reciclar están formadas por materiales que podemos recuperar en defensa del medio ambiente. Además, las lámparas poseen en su interior pequeñas cantidades de mercurio que debemos controlar para evitar su emisión. Aunque en pequeñas cantidades no son nocivas, si pueden llegar a ser un problema.

  • Envases de productos tóxicos del hogar: disolventes, pinturas, barnices, colas líquidas fotográficos, insecticidas, etc.
  •  Escombro: escombro de pequeñas obras domésticas, chatarra, madera, etc.
  •  Medicamentos, radiografías y termómetros.
  •  Neumáticos.
  •  Pilas…
  •  Ropa vieja (también puedes llevar la ropa a ONG, entidades religiosas…)
  •  Vegetales: restos de siega y poda, etc.
  • Voluminosos: muebles, colchones, somieres, etc.

El punto limpio es un lugar de recogida gratuita, aunque los residuos hay que llevarlos personalmente. Para que los puntos limpios funcionen correctamente es necesario que los usuarios aporten los residuos previamente seleccionados y los depositen en los contenedores adecuados. Para ello, a la entrada de estos recintos, un operario informa sobre la forma de realizar el depósito de cada uno de los residuos.

En el interior de estas instalaciones existe una señalización horizontal, consistente en marcas viales de diferentes colores, asociadas a cada tipo de residuo, que conducen a los contenedores de gran capacidad. También existen señales verticales, constituidas por paneles situados junto a cada contenedor con los anagramas y colores que identifican a los residuos que se depositaran en ellos.

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